Lo confieso: me encanta vender.

"Y me encanta ganar dinero [money, money]

¿Hay algo de malo en eso?"

De hecho, no te mentiré. Si sigues leyendo estas líneas puedes acabar sacando la billetera, te aviso de antemano.

Pero eso te lo cuento después.

Soy emprendedor desde que nací, aunque fue a los 29 años cuando monté mi primer negocio [que aún dirijo]

A los 8 ó 9 años ya vendí mi primer producto: bolsitas de pipas de girasol que cultivaba mi abuelo, y que yo vendía por unas pesetas a los vecinos del pueblo.

Aún recuerdo esas ‘ventas’ en frío. Contaba de quien era nieto, se reían y me daban su calderilla

[ puro neuromarketing ] [ y pura estrategia ]

Estoy seguro que a mi abuela no le hacía ninguna gracia: “¿qué van a pensar los vecinos, que somos muertos de hambre?”, gritaba mi abuela.

Y lo cierto es que no lo éramos. Simplemente esta actividad me divertía. 

Esa fue mi primer experiencia con la Propuesta de Valor. Tal es así que te hago un adelanto: si me dejas tu email te envío mi ebook (un pdf vamos) sobre mi método «El Triángulo Invertido de la Propuesta de Valor«.

Pero cuidado: puede que después te intente vender algo. 

A los 12 años vendí mi primera video-consola para poder comprarme una más nueva:

Más tarde, a los 19, empecé la Universidad para estudiar Comunicación Audiovisual, y en 2º de carrera ya estaba vendiendo mis servicios para grabar bodas y obras de teatro.

Vender me ponía cachondo. Y me sigue poniendo.

Esa sensación de “sí, una venta más”, es lo que me enciende. Más allá del dinero que pueda suponer la venta.

Ya con 29 monté mi primer negocio “serio”.

Era (y es, porque sigue en marcha) un medio de comunicación digital especializado en alimentación ecológica.

Y ahora, con casi 40 tengo otro negocio más: soy vendedor de Amazon [como pasa el tiempo],

En realidad no tengo mucho tiempo para seguir montando negocios, pero aquí estoy, enfrascándome en un nuevo proyecto.

¿Seré adicto? ¿Emprender engancha?

Ya dejé el tabaco, imagino que esto también podré dejarlo. Aunque no será ahora.

Estoy aquí para ayudarte [venderte]

estrategia ¿capisci?

No tengo mucho tiempo para embudos de venta interminables, ni para ebooks y cursos gratuitos, ni chorradas varias.

En su momento fui adicto a ellos pero ahora creo más en ir al grano.

Por ti y por mí.

¿Te acuerdas que esto va de vender?

[Ten a mano la ‘chequera’ por si acaso]

O mejor aún: prepara tu email [será lo único que te pida, de momento]

Si me dices tu email recibirás cada día en tu bandeja de entrada un email mío. En ese email no te daré los buenos días, ni trataré de venderte a escondidas ni nada de eso.

Simplemente te contaré historias, reflexiones y enseñanzas que he ido aprendiendo en mi transcurso como emprendedor [estrategia de la buena básicamente]

Vender al fin y al cabo.

Sólo tienes que dejar tu email y te enviaré 5 emails en 5 días. Sí, uno al día.

Y este será nuestro acuerdo:

Si te gustan y quieres seguir estando en contacto conmigo podrás quedarte [previo pago de 9,99 € al mes] 

Déjate de historias, 10 pavos [calderilla Poco más que las bolsitas de pipas que vendía a los 8 años.

Si no te gustan o no crees que vale la pena quedarte no hay problema, te sacaremos de la lista y hasta la próxima [previa despedida como te mereces, con un adiós de corazón y deseándote lo mejor]

¿Ves el trato? ¿Lo ves? ¿Lo ves? ¿Lo Ves?

Por el momento voy a escribir el email de mañana, porque estoy seguro que te veo dentro.

¿No querrás perderte lo que tengo que contarte? De momento es gratis.

Voy a hablarte de estrategia. A ver si va a ser importante…

¡Ah! No te olvides el email! Te lo pongo en negrita para que no te despistes